Valya adivinó de poner las llaves en el bolsillo y cerrar la puerta detrás de ella. Alcanzó el tercer piso, subió al rellano a cerca del ático. El ático estaba cerrado. ¿Cómo logró escabullirse él tan silenciosamente? Ella abrió por llaves la puerta de su apartamento en el segundo piso, la cerró, buscaba en todas las esquinas, después de eso se dirigió al teléfono. Había unos intentos fallidos y aburridos, finalmente logró marcar el número.
-Allo, Nadia, ¿eres tú?
-Sí, soy.
-¿Sabes tú? Algún hombre ha pasado debajo de la ventana, muy semejante a tu Albert. Quería saludarlo, pero me incomodé.
-Él va a salir del baño. Estaba acostando y meditando silenciosamente. Incluso, me puso nervioso, como si no respirara, sin embargo, no quería le interferir. ¡Aquí está! Estoy pasando el teléfono a él.
-Hola, Valya. ¿Cómo estás?
Valya casi dejó caer el teléfono de las manos. Pero ella logró calmarse y pronunciar con la voz alegre:
-Bien. Veo que es tú. La cosa es algún tipo ha pasado debajo de la ventana que es muy semejante a ti, ya creía, si llegasteis a nosotros.
-Hay gente semejante una a otra, incluso los dobles.
-Puede ser ¿tienes tal conocidos?
-No estoy recordando. ¿Por qué es tan importante para ti?
-Porque es demasiado semejante a ti. También él no estaba solo, sino con los chusmas locales. Conozco todos ellos. Ambos de ellos salieron de la prisión recientemente. Pueden cometer algo malo, luego podrían culpar a ti, - Valya mintió.
-¿Te aseguraste ahora? Tengo la coartada, - Albert se rió a carcajadas, pensando: ¡"cómo miente"! "di el enigma con dos incógnitas a ella".
-No te preocupes. Estoy en hogar. Doy el teléfono a Nadia. Hablad.
Valya cambió la conversación al tema neutral y las amigas estaban hablando diez minutos más. Después de hablar, el sentimiento de horror aumentando, abrazaba a una de ellas.
Ella no creía en milagros. Lo significaba... ¡Qué horror! No sabía, a quien ella se ha dado. ¡No era Albert! No sería la peor si fuera algún granuja. Pero este tipo ¡tanto logró fingir Albert! Incluso confesaba pretender que aumentó la confianza en la falsedad monstruosa. ¿Quién estuvo éste?
Los pensamientos supersticiosos fueron agregados a este miedo que casi el diablo la visitaba. Estos pensamientos fueron impuestos y aumentaban el miedo.
"Señor, ¿quién era éste"? Ella recordó con temor que este "Albert el Segundo" bien conoce a Albert real, conoce a su esposa y que ellos están juntos en el hogar, incluso sabe que Albert está en el baño. Lo significa, Albert también debe conocerlo. Él esconde algo. Hay algún secreto aquí. Es posible que ambos cónyuges saben este secreto, pero puede ser él lo sabe solamente. Sin embargo, no hablarán. En cuanto a Sveta, esa fantasiosa y soñadora que es obsesionada con sí mismo, el amor y sus enamorados, ella no entendería, qué cosas tienen lugar frente a ella. El miedo supersticioso se convertía gradualmente en el grado extremo de interés. Ésa también ya era la obsesión. De nuevo ella tiene que llamar a Moscú, pero no podía actuar de otra manera.
De nuevo ella con irritación estaba marcando el número de Moscú a través de 8, después de cual había siempre señal "está ocupado". Finalmente, los tonos largos sonaron y Lena respondió inmediatamente del otro lado:
-Valya, ¿eres tú? - la voz adormilada de Lena sonó.
-Lena, ¿cómo adivinaste? El tono como llamada interurbana. No hay nadie tal campana, excepto tú.
-Escucha, Lena. ¿Tiene Albert un hermano gemelo muy semejante a él?
Un silencio largo se hizo al otro lado.
-¡Lena! ¿Me oyes tú?
-Perdón, una vecina me distrajo, llamando al timbre. Siempre acuden con tonterías diferentes. Así, ¿qué preguntas?
-¿Tiene Albert un doble muy semejante? ¿Puede ser un hermano gemelo? Incluso la voz es semejante.
-No sé nada. Si supiera, narraría sin duda. ¿Qué pasó?
-Un tipo, muy semejante a él, pasó por debajo de la ventana.
-¿Un tipo pasó? ¿Por debajo de la ventana? ¿Muy semejante al marido de Nadia? Interesante... Escúchame. Recientemente me dieron un regalo, una botella del vino costoso y muy bueno. Sin embargo, no quiero beberla solamente, pero si bebiéramos cuatro, sería demasiado poco. Llega mañana hacia mí. Estaremos sentados, hablaremos. Ya hace tiempo no me visitabas. Mañana será mi día libre. ¿Es muy te importa, cuando viajas? Probablemente, olvidaste, cómo trabajar.
-Trabajo mentalmente.
-Lo sé, lo sé, como mentalmente, - Lena rió finalmente. - No lo hablarías por teléfono. ¿Tomas ofensa?
-No. Lo sabes. Incluso, estoy feliz un poco. Al menos, puedo admitirlo a mí mismo. No obstante, ¿puedes admitirlo mismo francamente a ti?
Al final del cordón calló de nuevo. Las lágrimas estaban rodando por mejillas de Lena y sollozos iban a venir de dentro. Estando listos para salir a la superficie, estos sollozos no le permiten continuar conversar. Pero era imposible verlo por teléfono.
-¿Sabes qué? - Finalmente, ella respondió, fingiendo pensativo profundo. - Antes no me lo ocurría. Pero ahora miré dentro de mí y encontré allí ya sea el miedo o recelos malos.
-Menos quédate en casa en tus días libres. Bien. Mañana te visitaré.
-Visita, pero no engañe.
-¿Yo te engañaba alguna vez?
-No. Pero ¿si tu amigo último te visite?
-No visitará. Ayer salió a Turquía para comprar la mercancía. Un día no sería suficiente para esto.
-Entonces, me alegra porque vendrás. Hasta luego.
-Hasta la vista.
En tres días, el "doble" imaginario de Albert apareció de nuevo en el apartamento de Valya. Ella lo vio, yendo de la cocina al cuarto. Él estaba de pie en antesala y sonreía.
-¡Ah, me asustaste! ¿Cómo entraste? ¿Qué demonio eres?
-Lo que no soy Albert, te admitía la vez pasada. Si sospechas embrujos demoníacos dentro de mí, puedes verificarlo mediante cualquier ceremonia cristiana en mi presencia. Sólo puedo acogerlo e incluso estoy listo para participar en ésta. Puedes marcarme con la señal de la Cruz, también darme el agua bendita, poner los iconos sagrados alrededor de mí...
-Eres un mentiroso, sí lo eres. ¿Por qué no admites francamente, qué significa todo esto? ¿Eres el hermano de él? ¿Sois gemelos?
-Deja ser así.
-¿Qué significa "deja"? Yo debo saber la verdad. Me usaste, pero ¿qué derecho tenías para hacerlo?
-El derecho completo y ahora estoy viéndolo. Porque la pasaste bien conmigo. Lo querías hasta tal punto que osaste de estar en contra de tu amiga. Y ahora debes alegrarte. Pueder estar feliz sin provocar celos de alguien.
-¡Hiciste feliz! Dime, ¿acaso eres bienhechor? Sin embargo, ¿qué hay si ahora pido ayuda? ¿Vas a forzarme? Una vez me usaste, aunque no tenías ningún derecho y estás atacando de nuevo.
-¡Pide ayuda! Despareceré y tú serás deshonorada. Esto sería la misma tontería, como si gritaras: ¡incendio! Aunque no tendría lugar ningún incendio. ¿Por qué haces tonterías? A pesar de todo, no eres la misma cómo todos estos aborígenes desde este asentamiento “Testamentos de Illích” Tienes que obedecerme.
Después de decirlo, él la agarró de la muñeca y la girando drásticamente, le puso la mano detrás de la espalda. Ella se dobló. Él empezó a levantarle el vestido y abajar las bragas. Valya intentó resistirse, pero él pronunció amenazante:
-Ahora roerás el piso, - y puso tan alto la mano que ella dio un chillido.
-Déjame ir. Estoy de acuerdo.
-Sin embargo, ¡no ose hacer tonterías! ¡O arrepentirás!
Ella comenzó a sacarse toda la ropa, diciendo:
-No puedo hacer nada contra ti, perro. ¿Cómo yo podría manejar a ti?
-Es mejor un perro que un impotente o borracho. ¡Arrodíllate, mi belleza! ¡Qué hermosa eres! ¡Mi sueño!
Entrando a ella detrás, él le agarró la trenza larga y estaba tirándolo hacia sí mismo, aunque ella dobló, incluso sin éste, respiraba difícil, sin poder esconder, cómo agradable ella sentía, estando con él.
Después de terminar y volver en sí mismos, de repente ella lo abrazó con las lágrimas en los ojos y pronunció, llorando un poco:
-Sólo no me lastime nunca, ¿prometes? No me gusta, por lo tanto, tomo ofensa.
-¿Me amas?
-¿Es que no lo ves?
-¿No harás más las tonterías?
-No lo haré. No engañaba. Incluso, no sé cómo te llamas. Desde donde apareciste. Desde donde conoces a tu doble Albert.
-El nombre no cambia mucho, es sólo un atajo. Puedes pegar cualquier etiqueta en la botella, los contenidos no se cambiarían debido a esto. No obstante, si socavaras algún secreto, una vez, tienes oportunidad de descubrir tal cosas que dañarán a todos y en primer lugar a sí mismo. Descubrir este secreto no es peligroso para mí, sino para ti y en parte para tus amigas. ¿Es que quieres llevar un desastre a todos y a ti?
-Puede ser que yo no fuera derecha. Intentaré, como dices, no hacer las tonterías. ¡Prometo!
-Entonces yo también no lastimaré a ti. Sin embargo, si amas, no te avergüences, sino está orgullosa de esto.
-Te amo, - después de pronunciarlo, ella estaba mirándole a los ojos y él leyó el deseo y petición en ojos de ella.
-Di que quieres darte a mí.
-Quiero darme a ti.
-Vamos a desnudarnos.
-¿De qué modo estaremos haciéndolo?
-Ahora inventaremos.
En este día ellos separaron, estando felices. Albert fingió, como si se apresurara al tren eléctrico que de hecho debía parar pronto en la estación. Pero él no alcanzó el tren. Fingiendo, como si fuera salir a orinar, cruzó corriendo vía férrea doble y se escondió en los arbustos. Después de asegurarse de que no lo vio nadie, Albert se teletransportó inmediatamente al baño.
El amor a las tres bellezas no lo agotaba, también no las visitaba demasiado frecuentemente, en cualquier caso, no cada día. Esto sólo le ayudaba a hacerse más activo y actuar mejor. Toda la actividad se expresaba en los viajes que se hicieron ahora muy asequibles. Él ya conocía bien una parte grande de Nueva York y comenzaba a aprender otras ciudades de los Estados Unidos. Todo el mundo estaba abierto delante de él, mientras las inquietudes de la vida le molestaban cada vez menos. Incluso en América la gente desconocida lo mantenía por un extranjero feliz que vino, nadie sabía de dónde y que, por lo visto, tuviera suerte recibiendo una herencia generosa.
El texto original en ruso: https://www.proza.ru/2010/01/26/1192
-Allo, Nadia, ¿eres tú?
-Sí, soy.
-¿Sabes tú? Algún hombre ha pasado debajo de la ventana, muy semejante a tu Albert. Quería saludarlo, pero me incomodé.
-Él va a salir del baño. Estaba acostando y meditando silenciosamente. Incluso, me puso nervioso, como si no respirara, sin embargo, no quería le interferir. ¡Aquí está! Estoy pasando el teléfono a él.
-Hola, Valya. ¿Cómo estás?
Valya casi dejó caer el teléfono de las manos. Pero ella logró calmarse y pronunciar con la voz alegre:
-Bien. Veo que es tú. La cosa es algún tipo ha pasado debajo de la ventana que es muy semejante a ti, ya creía, si llegasteis a nosotros.
-Hay gente semejante una a otra, incluso los dobles.
-Puede ser ¿tienes tal conocidos?
-No estoy recordando. ¿Por qué es tan importante para ti?
-Porque es demasiado semejante a ti. También él no estaba solo, sino con los chusmas locales. Conozco todos ellos. Ambos de ellos salieron de la prisión recientemente. Pueden cometer algo malo, luego podrían culpar a ti, - Valya mintió.
-¿Te aseguraste ahora? Tengo la coartada, - Albert se rió a carcajadas, pensando: ¡"cómo miente"! "di el enigma con dos incógnitas a ella".
-No te preocupes. Estoy en hogar. Doy el teléfono a Nadia. Hablad.
Valya cambió la conversación al tema neutral y las amigas estaban hablando diez minutos más. Después de hablar, el sentimiento de horror aumentando, abrazaba a una de ellas.
Ella no creía en milagros. Lo significaba... ¡Qué horror! No sabía, a quien ella se ha dado. ¡No era Albert! No sería la peor si fuera algún granuja. Pero este tipo ¡tanto logró fingir Albert! Incluso confesaba pretender que aumentó la confianza en la falsedad monstruosa. ¿Quién estuvo éste?
Los pensamientos supersticiosos fueron agregados a este miedo que casi el diablo la visitaba. Estos pensamientos fueron impuestos y aumentaban el miedo.
"Señor, ¿quién era éste"? Ella recordó con temor que este "Albert el Segundo" bien conoce a Albert real, conoce a su esposa y que ellos están juntos en el hogar, incluso sabe que Albert está en el baño. Lo significa, Albert también debe conocerlo. Él esconde algo. Hay algún secreto aquí. Es posible que ambos cónyuges saben este secreto, pero puede ser él lo sabe solamente. Sin embargo, no hablarán. En cuanto a Sveta, esa fantasiosa y soñadora que es obsesionada con sí mismo, el amor y sus enamorados, ella no entendería, qué cosas tienen lugar frente a ella. El miedo supersticioso se convertía gradualmente en el grado extremo de interés. Ésa también ya era la obsesión. De nuevo ella tiene que llamar a Moscú, pero no podía actuar de otra manera.
De nuevo ella con irritación estaba marcando el número de Moscú a través de 8, después de cual había siempre señal "está ocupado". Finalmente, los tonos largos sonaron y Lena respondió inmediatamente del otro lado:
-Valya, ¿eres tú? - la voz adormilada de Lena sonó.
-Lena, ¿cómo adivinaste? El tono como llamada interurbana. No hay nadie tal campana, excepto tú.
-Escucha, Lena. ¿Tiene Albert un hermano gemelo muy semejante a él?
Un silencio largo se hizo al otro lado.
-¡Lena! ¿Me oyes tú?
-Perdón, una vecina me distrajo, llamando al timbre. Siempre acuden con tonterías diferentes. Así, ¿qué preguntas?
-¿Tiene Albert un doble muy semejante? ¿Puede ser un hermano gemelo? Incluso la voz es semejante.
-No sé nada. Si supiera, narraría sin duda. ¿Qué pasó?
-Un tipo, muy semejante a él, pasó por debajo de la ventana.
-¿Un tipo pasó? ¿Por debajo de la ventana? ¿Muy semejante al marido de Nadia? Interesante... Escúchame. Recientemente me dieron un regalo, una botella del vino costoso y muy bueno. Sin embargo, no quiero beberla solamente, pero si bebiéramos cuatro, sería demasiado poco. Llega mañana hacia mí. Estaremos sentados, hablaremos. Ya hace tiempo no me visitabas. Mañana será mi día libre. ¿Es muy te importa, cuando viajas? Probablemente, olvidaste, cómo trabajar.
-Trabajo mentalmente.
-Lo sé, lo sé, como mentalmente, - Lena rió finalmente. - No lo hablarías por teléfono. ¿Tomas ofensa?
-No. Lo sabes. Incluso, estoy feliz un poco. Al menos, puedo admitirlo a mí mismo. No obstante, ¿puedes admitirlo mismo francamente a ti?
Al final del cordón calló de nuevo. Las lágrimas estaban rodando por mejillas de Lena y sollozos iban a venir de dentro. Estando listos para salir a la superficie, estos sollozos no le permiten continuar conversar. Pero era imposible verlo por teléfono.
-¿Sabes qué? - Finalmente, ella respondió, fingiendo pensativo profundo. - Antes no me lo ocurría. Pero ahora miré dentro de mí y encontré allí ya sea el miedo o recelos malos.
-Menos quédate en casa en tus días libres. Bien. Mañana te visitaré.
-Visita, pero no engañe.
-¿Yo te engañaba alguna vez?
-No. Pero ¿si tu amigo último te visite?
-No visitará. Ayer salió a Turquía para comprar la mercancía. Un día no sería suficiente para esto.
-Entonces, me alegra porque vendrás. Hasta luego.
-Hasta la vista.
En tres días, el "doble" imaginario de Albert apareció de nuevo en el apartamento de Valya. Ella lo vio, yendo de la cocina al cuarto. Él estaba de pie en antesala y sonreía.
-¡Ah, me asustaste! ¿Cómo entraste? ¿Qué demonio eres?
-Lo que no soy Albert, te admitía la vez pasada. Si sospechas embrujos demoníacos dentro de mí, puedes verificarlo mediante cualquier ceremonia cristiana en mi presencia. Sólo puedo acogerlo e incluso estoy listo para participar en ésta. Puedes marcarme con la señal de la Cruz, también darme el agua bendita, poner los iconos sagrados alrededor de mí...
-Eres un mentiroso, sí lo eres. ¿Por qué no admites francamente, qué significa todo esto? ¿Eres el hermano de él? ¿Sois gemelos?
-Deja ser así.
-¿Qué significa "deja"? Yo debo saber la verdad. Me usaste, pero ¿qué derecho tenías para hacerlo?
-El derecho completo y ahora estoy viéndolo. Porque la pasaste bien conmigo. Lo querías hasta tal punto que osaste de estar en contra de tu amiga. Y ahora debes alegrarte. Pueder estar feliz sin provocar celos de alguien.
-¡Hiciste feliz! Dime, ¿acaso eres bienhechor? Sin embargo, ¿qué hay si ahora pido ayuda? ¿Vas a forzarme? Una vez me usaste, aunque no tenías ningún derecho y estás atacando de nuevo.
-¡Pide ayuda! Despareceré y tú serás deshonorada. Esto sería la misma tontería, como si gritaras: ¡incendio! Aunque no tendría lugar ningún incendio. ¿Por qué haces tonterías? A pesar de todo, no eres la misma cómo todos estos aborígenes desde este asentamiento “Testamentos de Illích” Tienes que obedecerme.
Después de decirlo, él la agarró de la muñeca y la girando drásticamente, le puso la mano detrás de la espalda. Ella se dobló. Él empezó a levantarle el vestido y abajar las bragas. Valya intentó resistirse, pero él pronunció amenazante:
-Ahora roerás el piso, - y puso tan alto la mano que ella dio un chillido.
-Déjame ir. Estoy de acuerdo.
-Sin embargo, ¡no ose hacer tonterías! ¡O arrepentirás!
Ella comenzó a sacarse toda la ropa, diciendo:
-No puedo hacer nada contra ti, perro. ¿Cómo yo podría manejar a ti?
-Es mejor un perro que un impotente o borracho. ¡Arrodíllate, mi belleza! ¡Qué hermosa eres! ¡Mi sueño!
Entrando a ella detrás, él le agarró la trenza larga y estaba tirándolo hacia sí mismo, aunque ella dobló, incluso sin éste, respiraba difícil, sin poder esconder, cómo agradable ella sentía, estando con él.
Después de terminar y volver en sí mismos, de repente ella lo abrazó con las lágrimas en los ojos y pronunció, llorando un poco:
-Sólo no me lastime nunca, ¿prometes? No me gusta, por lo tanto, tomo ofensa.
-¿Me amas?
-¿Es que no lo ves?
-¿No harás más las tonterías?
-No lo haré. No engañaba. Incluso, no sé cómo te llamas. Desde donde apareciste. Desde donde conoces a tu doble Albert.
-El nombre no cambia mucho, es sólo un atajo. Puedes pegar cualquier etiqueta en la botella, los contenidos no se cambiarían debido a esto. No obstante, si socavaras algún secreto, una vez, tienes oportunidad de descubrir tal cosas que dañarán a todos y en primer lugar a sí mismo. Descubrir este secreto no es peligroso para mí, sino para ti y en parte para tus amigas. ¿Es que quieres llevar un desastre a todos y a ti?
-Puede ser que yo no fuera derecha. Intentaré, como dices, no hacer las tonterías. ¡Prometo!
-Entonces yo también no lastimaré a ti. Sin embargo, si amas, no te avergüences, sino está orgullosa de esto.
-Te amo, - después de pronunciarlo, ella estaba mirándole a los ojos y él leyó el deseo y petición en ojos de ella.
-Di que quieres darte a mí.
-Quiero darme a ti.
-Vamos a desnudarnos.
-¿De qué modo estaremos haciéndolo?
-Ahora inventaremos.
En este día ellos separaron, estando felices. Albert fingió, como si se apresurara al tren eléctrico que de hecho debía parar pronto en la estación. Pero él no alcanzó el tren. Fingiendo, como si fuera salir a orinar, cruzó corriendo vía férrea doble y se escondió en los arbustos. Después de asegurarse de que no lo vio nadie, Albert se teletransportó inmediatamente al baño.
El amor a las tres bellezas no lo agotaba, también no las visitaba demasiado frecuentemente, en cualquier caso, no cada día. Esto sólo le ayudaba a hacerse más activo y actuar mejor. Toda la actividad se expresaba en los viajes que se hicieron ahora muy asequibles. Él ya conocía bien una parte grande de Nueva York y comenzaba a aprender otras ciudades de los Estados Unidos. Todo el mundo estaba abierto delante de él, mientras las inquietudes de la vida le molestaban cada vez menos. Incluso en América la gente desconocida lo mantenía por un extranjero feliz que vino, nadie sabía de dónde y que, por lo visto, tuviera suerte recibiendo una herencia generosa.
El texto original en ruso: https://www.proza.ru/2010/01/26/1192
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