Alrededor de una semana Albert estaba desalentado y a causa de esto no estaba semejante a sí mismo. Por lo tanto, cuando Lena visitó a ellos, dudaba más, si real Albert la atacara en el apartamento. Ella averiguaba cuidadosamente de Nadia, donde ellos habían estado en esa tarde y Nadia, sin sospechar algo, narró que ese día ella veía la misma telenovela y el marido iba a estar en el baño durante dos horas, pero salió de ahí en una hora y veinte minutos. Sin embargo, alcanzar el apartamento de Lena sólo de ida, incluso durante hora y media, sería problemático. Todo apuntaba a favor de la versión del doble.
Albert de hecho se emocionaba debido al fallecimiento de amigo anciano, con el cual ellos entendían pocas palabras recíprocamente, aunque él estaba en edad de bisabuelo. Nadia lo entendía y no podía adivinar que junto con la pérdida principal, una aflicción era agregada, la aflicción a causa del fiasco en intentó engañarla con amiga tímida, callada y aburrida. Albert respondía a su presencia de la misma manera como siempre, movilizando toda su fortaleza, para que nadie pudiera adivinar de algún cambio. No obstante, cuando estaba seguro de que nadie lo vea, él se agarraba en cuerpo de ella por el vistazo de un depredador hambriento y enojado, lo desnudaba mentalmente y lo violaba malignamente. Pero si ella se volviera justo ahora, él bajaba los ojos, llamando ayudar los números que se le ocurrieron, los multiplicaba o los ponía en potencias diferentes. Esto le daba una vista imperturbable y pensativa. Permanecer sin mostrar la condición de su alma, él no tenía rivales iguales en esta capacidad.
Hay una cualidad de ser humano, también de todo vivo, a acariciar en la imaginación una fruta prohibida que imposible usar justo ahora. Esta cualidad tampoco hacía excepción en este caso. Ahora Lena le parecía más atractiva. Considerando el problema más razonablemente, él comprendía que ello no vale un abalorio en comparación con la pérdida tal amigo como el viejo Paul. Sin embargo, la parte inferior de su conciencia se amotinaba, lo anunciando fracasado, siendo semejante a una alucinación que refuta los argumentos de sentido común por su propia existencia. La subconsciencia intentaba imponer una idea a él, contra el sentido común, como si él esté ahora menos atractivo para las mujeres, como si todos ellas se hicieran menos disponibles a él, luego más atractivas. Esto agregaba una parte de agresión a sus fantasías, también un irrespeto a ellas, pero en una semana el sentido común empezó a prevalecer. Recuperó su espíritu de nuevo. No obstante, el resto de dos amigas todavía estaban más deseadas que antes, esto aumentaba la firmeza y es posible que influenció positivamente en los nuevos acontecimientos. Sveta debía hacerse la siguiente "víctima". Era más probable lograr con ella, mientras era desconocido qué podía esperar desde Valya y no le gustaría permanecer sin tener éxito en la segunda vez.
Como extraño lo parecería, la existencia de Tolik no interfería, sino al contrario. Hay una parte grande de mujeres, para las cuales la disponibilidad de marido o amante no obstaculiza, sino alimenta el deseo de amorosas aventuras y las hace más disponibles que en los tiempos cuando ellas eran solitarias. Como de costumbre, ellas son ingenuas, no saben suficiente sobre la precaución, hablan mucho frecuentemente y en consecuencia sufren a causa de las lesiones y vergüenza desde celosos enfurecidos. Las abandonan, raramente, pero a veces las matan, pero de hecho las son inofensivas, casi como niñas y merecen la compasión y comprensión, a diferencia de las intrigantes astutas y sucias que merecen castigo de hecho y pertenecen a otra categoría de la gente y no tienen nada que ver con estas aunque libidinosas pero inocentes ovejas.
Sveta Izmailova pertenecía justamente a esta variedad de las chicas. No era por casualidad que ella hacía los gestos cuidadosos con los ojos a Albert. Ella llegaba a ser cada vez más liberada no sólo gracias a Tolik, pero también gracias al pasatiempo de él recientemente, bebiendo con el “techo bandido”, es decir con lo mismo, en vez del cual la pandilla de Coronel intentaba ocupar su lugar. Se sentía honrado de participar en los banquetes con los denominados bandidos. Después de comunicar con la pandilla de Coronel, estos bandidos le parecían casi angeles y él, perdiendo la precaución, hablaba cosas que no debería, sin embargo, no había nada ofensivo para los extorsionistas en ésta palabrería, por lo tanto, no tenía lugar nada terrible por el tiempo limitado. Había un hombre, a la cual la información que Tolik daba, resultó bastante valiosa y este hombre, comunicando con el "techo", intentaba hacer todo para que las borracheras semejantes fueran alentadas.
Albert ya aprendió la regularidad de ausencia de Tolik, también sería bastante a teletransportarse desde el propio inodoro al apartamento de Sveta, al inodoro o debajo de la cama. Podría descubrir inmediatamente la presencia de Tolik y teletransportarse a la casa sin problema.
Este día cayó al principio de septiembre. El enfriamiento terminó. El clima era soleado y cálido, como en el verano. De acuerdo con las estimaciones de Albert, hoy Tolik va a divertirse en la sociedad de amigos imaginarios y entre el tintineo de vasos. Albert se teletransportó hacia Sveta debajo de la cama. Ella estaba acostando sobre la cama, aburriéndose y sosteniendo en la mano una novela policíaca y moderna. Albert despareció debajo de la cama y apareció en la escalera de entrada, en la más arriba parte a cerca del ático. Luego bajó las escaleras con cuidado unos pisos y tocó el timbre. Los pasos oyeron y Sveta abrió la puerta.
-Oh, Alik. Eres tú.
-¿Estás segura de que soy Alik?
-Cesa de bromear, entra. ¿Por qué estás solo? ¿Está todo bien ahí?
-Como si.
-Probablemente, ¿quieres tomar de té?
Ella era con un vestido playero verde claro. Las curvas de su figura estaban bien vistas seductoramente a través de la tela fina.
-Quiero a ti, - Albert respondió e inmediatamente la abrazó, la mantuvo cerca, presionando el final de columna. Ella gimió largamente, pero sin resistir.
-Ah, Alik, ¿qué haces? - Sveta lamentaba susurrando, - ¿Cómo podré mirar a los ojos de tu esposa después de eso?
-Mañana pregúntala y te ella dirá que Albert no salía de la casa en este momento. Soy su doble.
-Deja de engañar. Como si yo no vea. ¡Déjame! - La querida tan cerca y deseada pronunció indignando, pero susurrando, ahora ella es la querida de la que él ya no dudaba. Él dejó la mano debajo del vestido sin avergonzarse y le bajó el traje de baño. La constitución de ella era hermosa, pero frágil. Aunque tenía 29 años, en oscuridad ella podía parecer como una chica que tuviera catorce años.
-Oh, Albert. ¡Qué me estás haciendo! Nadia sabrá. Déjame, por favor. Te ruego.
-No soy Albert. Llámame como quieres, pero no te dejaré a pesar de todo. Estoy listo para hacer lo que sea, para que no te deje ir. ¡Obedece! Es tu destino. No puedes escapar de éste.
De repente ella empezó a quitarse toda su ropa y se presentó ante él completamente desnuda en absoluto, expresando el consentimiento con toda la apariencia que parecía condenada.
-¿Qué puedo hacer contra? Sólo, no lo digas a Nadia y Tolik.
-Tú misma no digas a nadie.
Sveta toda se ablandó en sus manos. Ellos no notaron como aparecieron estando en la cama. Cuando él entró en ella, ella lo abrazó fuertemente con las piernas.
Ellos se sentían muy bien junto. Nadie lo supo en el futuro cercano. Incluso si supieran, entonces se enfadarían en vano. Ni Svetlana, ni Albert, ellos no querían ni enfadar, ni engañar a alguien. Ellos sólo querían ser felices y estaban haciéndolo.
-¿Me amas?
-Amo todos vosotros, ciertamente, también a ti.
-No eres normal. Así no ocurre.
-Tienes que estudiar largo, ganar gran experiencia en la vida para comprender que siempre ocurre sólo así. Y si resultara así, calla, no digas a nadie, entonces será bueno para todos.
-No diré a nadie.
-También, no digas a Valya ni Lena.
-Prometo. Si no, Tolik me matará y tú recibirás.
-¿Después de lo que hice para él? Bien. Quizás, resultara al contrario, - lo diciendo, Albert se dio cuenta de que dice lo que no debe decir. Porque antes él y Paul, los ambos habían logrado persuadir todos, como si los eventos ocurrieran por sí mismo, es decir, como si alguien desconocido matara a los jefes de pandilla. Sólo Tolik sabía, qué información Albert tenía. Sin embargo, si él dijera, será el primer a quien matarán. Se dando cuenta, él no decidirá hacerlo, incluso supiera de adulterio de Sveta, porque entonces será su fin.
-Alik, ¿puede serlo verdad? Me siento bien con cada uno de su propia manera.
-No puede ser de otro modo. Estás conociendo la existencia a través de nosotros, el universo. Lo que uno no te puede dar, otro puede. Pero no hay tal hombre que podría darte todo, de la misma manera que no hay tal ventana, a través de la cual podrías ver todos los cuatro lados, a la vez en distancias diferentes e igualmente claro, incluyendo las localidades que están más allá del horizonte. Por cierto, ¿probabas hacer el amor con amigas? Si ello fuera, sería un ejemplo fructífero, cuando puedes recibir felicidad de uno y de otro, pero de diferentes maneras.
-No. No soy una lesbiana. Pero tenía Serega antes de Tolik. ¿Nadia te lo narraba antes?
-No.
-Él me pellizcaba durante esto. A veces, él me quemaba con cigarrillos.
-¿Era él canalla? ¿Esto es lo que quieres decir?
-Yo lo amaba. Mucho lo amaba. A veces, me permitía quemar a él mismo con cigarrillos y yo lo hacía. Por lo tanto, no me considero una vencida.
-¿Qué faltaba, qué necesitabais? ¿Por qué no estáis junto? ¿Estabas harta de jugar estos juegos crueles?
-Ya yo te dijo, me sentía bien con él, pero él fumaba la marihuana. Un día despareció. Todos los parientes lo buscaban tres días. Soy la primera que lo encontró. Las mismas piernas me llevaron al sótano de la casa de cinco pisos. Él estaba colgando allí. Se colgó estando drogado. Murió por nada. Luego lo enterraron. Yo estaba histérica... En dos meses me conocí a Tolik y comprendí que la vida continúa. Y ahora estás aquí. Tampoco eres normal. Quieres varias chicas. Una no es suficiente para ti. Probablemente, soy la misma, incluso peor. Escúchame, Alik. Pellízcame la espalda, también puedes hacerlo abajo, - diciéndolo, Sveta sentía que esté enrojeciendo, pero Albert no lo vería en la penumbra.
-¿Por qué?
-Si la chica te lo pide, ¿es ello difícil?
-No es difícil para mí, pero no te ofendiste después de eso.
-¿Me ofenderé contigo? ¡Nunca en la vida! Sin embargo, si no lo hicieras que dije, entonces me ofenderé.
"Voy a castigarla ahora, para no hacerse la tonta", - Albert pensó y la pellizco con toda la fuerza la nalga pequeña, pero abultada.
Sveta se estiró, inclino la cabeza hacia atrás, gimió voluptuosamente y se lanzó hacia Albert abrazarse, besando y diciendo:
-Lo quiero más. ¡Más!
Tal comportamiento de la compañera lo muy excitaba y los ambos se fusionaron inmediatamente de nuevo.
Cuando él regresó a través de la "meditación" en el baño, Nadezhda, por supuesto, no notó nada, también es dudoso que ella pudiera creer en la teleportación. El cuerpo joven recuperó durante un corto período las fuerzas gastadas y después de eso su propia esposa parecía más hermosa y más deseada.
-¿Qué hacías que era agradable como nunca antes de eso? - ella preguntó después de darse a él.
-Yo mismo no lo sé. Es probable que ello se relaciona de alguna manera con el clima.
Ahora de hecho él tenía dos esposas, pero sólo él y Sveta eran los que lo sabían. Él se contentaba bastante por esta situación, pero también entendía que no sería demasiado para juntar a Valya con este “l'amour de trois”. (El amor de tres en francés). Entendía que tarde o temprano soñará sobre esto de la misma manera, como soñaba en la primavera, cuando tenía todavía la única esposa. Parecía una cosa paradójica, Sveta no estaba interesada en absoluto, cómo el amante nuevo logra estar en los dos lugares a la vez y por qué él viene con el pelo mojado y estando vestido con el pijama, como si saliera del baño justo ahora. Por lo visto, incluso ella no lo sabía, porque no estaba interesada en absoluto, qué mitos Albert inventa para su esposa legal y bajo qué pretexto abandona la casa, cuando la visita.
Cada uno vivía su propia vida y casi cada no notaba una unión de las nubes oscuras en el horizonte político. A diferencia del resto, Albert no reaccionaba por otra razón. Sabía la fuerza que poseía ahora. Aunque no era educado como un ninja, podía ser al contrario, e interesarse en el yoga él empezó ya estando adulto y maduro, pero con estas capacidades como si cayeran desde el cielo hacia él, ahora podría sobrepasar lo mismo Goemon que había sido un ninja famoso en Japon hace mucho tiempo. Lo que él ponía en el centro de sus objetivos, no era un logro deportivo. Sabía que al menos él podía hacer lo principal: proteger de las represalias de espira nueva del totalitarismo a los padres, a la esposa y Sveta, a Valya y Olesya, si esa tuviera lugar de nuevo. La última debe aparecer en medio año después de la muerte de viejo Paul, había tal acuerdo entre ellos.
Aquí por lo tanto, el tres de octubre, cuando el golpe segundo que estaba encabezado por Rutskoy, inflamado como un incendio, Albert observaba los eventos en la televisión. Cuando la pantalla se apagó, él se teletransportó al distrito Ostankino. Era difícil entender, quien le estaba disparando a quien. El intercambio caótico de disparos estaba ocurriendo, y la única acción beneficiosa sería para protegerse a sí mismo de una bala perdida. Sin saber ayudar, puede lastimar a propio lado. No podía penetrar dentro de la torre de telecomunicaciones por la razón simple: él era nunca allí y el interior no era conocido a él.
El día siguiente, Albert estando con el hacha en el seno y los cuchillos y gas pimienta en los bolsillos se teletransportó a Moscú. Lo que los comunistas sufran derrota, él aprendió desde por la televisión. La cosa única que logró hacer, penetrar al techo de una casa, luego teletransportarse dentro del mismo techo para no ser notado por el enemigo, acercarse al tirador que estaba listo para disparar a los transeúntes y aturdirlo en la nuca por el trasero de hacha. Después de eso, él intentó tomar consigo el rifle con mira óptica. No logró teletransportarse con el rifle y Albert lo echó desde el techo. Hacía todo esto con los guantes. Él arrepentía que ocupándose de los asuntos personales, no se preparó contra las acciones de enemigos que no era demasiado difícil de preverlas en este otoño. Ahora él tenía que regresar a la vida personal, porque aparentemente, la calma en el país se estableció relativamente por largo.
El texte original en ruso: https://www.proza.ru/2010/01/26/738
Albert de hecho se emocionaba debido al fallecimiento de amigo anciano, con el cual ellos entendían pocas palabras recíprocamente, aunque él estaba en edad de bisabuelo. Nadia lo entendía y no podía adivinar que junto con la pérdida principal, una aflicción era agregada, la aflicción a causa del fiasco en intentó engañarla con amiga tímida, callada y aburrida. Albert respondía a su presencia de la misma manera como siempre, movilizando toda su fortaleza, para que nadie pudiera adivinar de algún cambio. No obstante, cuando estaba seguro de que nadie lo vea, él se agarraba en cuerpo de ella por el vistazo de un depredador hambriento y enojado, lo desnudaba mentalmente y lo violaba malignamente. Pero si ella se volviera justo ahora, él bajaba los ojos, llamando ayudar los números que se le ocurrieron, los multiplicaba o los ponía en potencias diferentes. Esto le daba una vista imperturbable y pensativa. Permanecer sin mostrar la condición de su alma, él no tenía rivales iguales en esta capacidad.
Hay una cualidad de ser humano, también de todo vivo, a acariciar en la imaginación una fruta prohibida que imposible usar justo ahora. Esta cualidad tampoco hacía excepción en este caso. Ahora Lena le parecía más atractiva. Considerando el problema más razonablemente, él comprendía que ello no vale un abalorio en comparación con la pérdida tal amigo como el viejo Paul. Sin embargo, la parte inferior de su conciencia se amotinaba, lo anunciando fracasado, siendo semejante a una alucinación que refuta los argumentos de sentido común por su propia existencia. La subconsciencia intentaba imponer una idea a él, contra el sentido común, como si él esté ahora menos atractivo para las mujeres, como si todos ellas se hicieran menos disponibles a él, luego más atractivas. Esto agregaba una parte de agresión a sus fantasías, también un irrespeto a ellas, pero en una semana el sentido común empezó a prevalecer. Recuperó su espíritu de nuevo. No obstante, el resto de dos amigas todavía estaban más deseadas que antes, esto aumentaba la firmeza y es posible que influenció positivamente en los nuevos acontecimientos. Sveta debía hacerse la siguiente "víctima". Era más probable lograr con ella, mientras era desconocido qué podía esperar desde Valya y no le gustaría permanecer sin tener éxito en la segunda vez.
Como extraño lo parecería, la existencia de Tolik no interfería, sino al contrario. Hay una parte grande de mujeres, para las cuales la disponibilidad de marido o amante no obstaculiza, sino alimenta el deseo de amorosas aventuras y las hace más disponibles que en los tiempos cuando ellas eran solitarias. Como de costumbre, ellas son ingenuas, no saben suficiente sobre la precaución, hablan mucho frecuentemente y en consecuencia sufren a causa de las lesiones y vergüenza desde celosos enfurecidos. Las abandonan, raramente, pero a veces las matan, pero de hecho las son inofensivas, casi como niñas y merecen la compasión y comprensión, a diferencia de las intrigantes astutas y sucias que merecen castigo de hecho y pertenecen a otra categoría de la gente y no tienen nada que ver con estas aunque libidinosas pero inocentes ovejas.
Sveta Izmailova pertenecía justamente a esta variedad de las chicas. No era por casualidad que ella hacía los gestos cuidadosos con los ojos a Albert. Ella llegaba a ser cada vez más liberada no sólo gracias a Tolik, pero también gracias al pasatiempo de él recientemente, bebiendo con el “techo bandido”, es decir con lo mismo, en vez del cual la pandilla de Coronel intentaba ocupar su lugar. Se sentía honrado de participar en los banquetes con los denominados bandidos. Después de comunicar con la pandilla de Coronel, estos bandidos le parecían casi angeles y él, perdiendo la precaución, hablaba cosas que no debería, sin embargo, no había nada ofensivo para los extorsionistas en ésta palabrería, por lo tanto, no tenía lugar nada terrible por el tiempo limitado. Había un hombre, a la cual la información que Tolik daba, resultó bastante valiosa y este hombre, comunicando con el "techo", intentaba hacer todo para que las borracheras semejantes fueran alentadas.
Albert ya aprendió la regularidad de ausencia de Tolik, también sería bastante a teletransportarse desde el propio inodoro al apartamento de Sveta, al inodoro o debajo de la cama. Podría descubrir inmediatamente la presencia de Tolik y teletransportarse a la casa sin problema.
Este día cayó al principio de septiembre. El enfriamiento terminó. El clima era soleado y cálido, como en el verano. De acuerdo con las estimaciones de Albert, hoy Tolik va a divertirse en la sociedad de amigos imaginarios y entre el tintineo de vasos. Albert se teletransportó hacia Sveta debajo de la cama. Ella estaba acostando sobre la cama, aburriéndose y sosteniendo en la mano una novela policíaca y moderna. Albert despareció debajo de la cama y apareció en la escalera de entrada, en la más arriba parte a cerca del ático. Luego bajó las escaleras con cuidado unos pisos y tocó el timbre. Los pasos oyeron y Sveta abrió la puerta.
-Oh, Alik. Eres tú.
-¿Estás segura de que soy Alik?
-Cesa de bromear, entra. ¿Por qué estás solo? ¿Está todo bien ahí?
-Como si.
-Probablemente, ¿quieres tomar de té?
Ella era con un vestido playero verde claro. Las curvas de su figura estaban bien vistas seductoramente a través de la tela fina.
-Quiero a ti, - Albert respondió e inmediatamente la abrazó, la mantuvo cerca, presionando el final de columna. Ella gimió largamente, pero sin resistir.
-Ah, Alik, ¿qué haces? - Sveta lamentaba susurrando, - ¿Cómo podré mirar a los ojos de tu esposa después de eso?
-Mañana pregúntala y te ella dirá que Albert no salía de la casa en este momento. Soy su doble.
-Deja de engañar. Como si yo no vea. ¡Déjame! - La querida tan cerca y deseada pronunció indignando, pero susurrando, ahora ella es la querida de la que él ya no dudaba. Él dejó la mano debajo del vestido sin avergonzarse y le bajó el traje de baño. La constitución de ella era hermosa, pero frágil. Aunque tenía 29 años, en oscuridad ella podía parecer como una chica que tuviera catorce años.
-Oh, Albert. ¡Qué me estás haciendo! Nadia sabrá. Déjame, por favor. Te ruego.
-No soy Albert. Llámame como quieres, pero no te dejaré a pesar de todo. Estoy listo para hacer lo que sea, para que no te deje ir. ¡Obedece! Es tu destino. No puedes escapar de éste.
De repente ella empezó a quitarse toda su ropa y se presentó ante él completamente desnuda en absoluto, expresando el consentimiento con toda la apariencia que parecía condenada.
-¿Qué puedo hacer contra? Sólo, no lo digas a Nadia y Tolik.
-Tú misma no digas a nadie.
Sveta toda se ablandó en sus manos. Ellos no notaron como aparecieron estando en la cama. Cuando él entró en ella, ella lo abrazó fuertemente con las piernas.
Ellos se sentían muy bien junto. Nadie lo supo en el futuro cercano. Incluso si supieran, entonces se enfadarían en vano. Ni Svetlana, ni Albert, ellos no querían ni enfadar, ni engañar a alguien. Ellos sólo querían ser felices y estaban haciéndolo.
-¿Me amas?
-Amo todos vosotros, ciertamente, también a ti.
-No eres normal. Así no ocurre.
-Tienes que estudiar largo, ganar gran experiencia en la vida para comprender que siempre ocurre sólo así. Y si resultara así, calla, no digas a nadie, entonces será bueno para todos.
-No diré a nadie.
-También, no digas a Valya ni Lena.
-Prometo. Si no, Tolik me matará y tú recibirás.
-¿Después de lo que hice para él? Bien. Quizás, resultara al contrario, - lo diciendo, Albert se dio cuenta de que dice lo que no debe decir. Porque antes él y Paul, los ambos habían logrado persuadir todos, como si los eventos ocurrieran por sí mismo, es decir, como si alguien desconocido matara a los jefes de pandilla. Sólo Tolik sabía, qué información Albert tenía. Sin embargo, si él dijera, será el primer a quien matarán. Se dando cuenta, él no decidirá hacerlo, incluso supiera de adulterio de Sveta, porque entonces será su fin.
-Alik, ¿puede serlo verdad? Me siento bien con cada uno de su propia manera.
-No puede ser de otro modo. Estás conociendo la existencia a través de nosotros, el universo. Lo que uno no te puede dar, otro puede. Pero no hay tal hombre que podría darte todo, de la misma manera que no hay tal ventana, a través de la cual podrías ver todos los cuatro lados, a la vez en distancias diferentes e igualmente claro, incluyendo las localidades que están más allá del horizonte. Por cierto, ¿probabas hacer el amor con amigas? Si ello fuera, sería un ejemplo fructífero, cuando puedes recibir felicidad de uno y de otro, pero de diferentes maneras.
-No. No soy una lesbiana. Pero tenía Serega antes de Tolik. ¿Nadia te lo narraba antes?
-No.
-Él me pellizcaba durante esto. A veces, él me quemaba con cigarrillos.
-¿Era él canalla? ¿Esto es lo que quieres decir?
-Yo lo amaba. Mucho lo amaba. A veces, me permitía quemar a él mismo con cigarrillos y yo lo hacía. Por lo tanto, no me considero una vencida.
-¿Qué faltaba, qué necesitabais? ¿Por qué no estáis junto? ¿Estabas harta de jugar estos juegos crueles?
-Ya yo te dijo, me sentía bien con él, pero él fumaba la marihuana. Un día despareció. Todos los parientes lo buscaban tres días. Soy la primera que lo encontró. Las mismas piernas me llevaron al sótano de la casa de cinco pisos. Él estaba colgando allí. Se colgó estando drogado. Murió por nada. Luego lo enterraron. Yo estaba histérica... En dos meses me conocí a Tolik y comprendí que la vida continúa. Y ahora estás aquí. Tampoco eres normal. Quieres varias chicas. Una no es suficiente para ti. Probablemente, soy la misma, incluso peor. Escúchame, Alik. Pellízcame la espalda, también puedes hacerlo abajo, - diciéndolo, Sveta sentía que esté enrojeciendo, pero Albert no lo vería en la penumbra.
-¿Por qué?
-Si la chica te lo pide, ¿es ello difícil?
-No es difícil para mí, pero no te ofendiste después de eso.
-¿Me ofenderé contigo? ¡Nunca en la vida! Sin embargo, si no lo hicieras que dije, entonces me ofenderé.
"Voy a castigarla ahora, para no hacerse la tonta", - Albert pensó y la pellizco con toda la fuerza la nalga pequeña, pero abultada.
Sveta se estiró, inclino la cabeza hacia atrás, gimió voluptuosamente y se lanzó hacia Albert abrazarse, besando y diciendo:
-Lo quiero más. ¡Más!
Tal comportamiento de la compañera lo muy excitaba y los ambos se fusionaron inmediatamente de nuevo.
Cuando él regresó a través de la "meditación" en el baño, Nadezhda, por supuesto, no notó nada, también es dudoso que ella pudiera creer en la teleportación. El cuerpo joven recuperó durante un corto período las fuerzas gastadas y después de eso su propia esposa parecía más hermosa y más deseada.
-¿Qué hacías que era agradable como nunca antes de eso? - ella preguntó después de darse a él.
-Yo mismo no lo sé. Es probable que ello se relaciona de alguna manera con el clima.
Ahora de hecho él tenía dos esposas, pero sólo él y Sveta eran los que lo sabían. Él se contentaba bastante por esta situación, pero también entendía que no sería demasiado para juntar a Valya con este “l'amour de trois”. (El amor de tres en francés). Entendía que tarde o temprano soñará sobre esto de la misma manera, como soñaba en la primavera, cuando tenía todavía la única esposa. Parecía una cosa paradójica, Sveta no estaba interesada en absoluto, cómo el amante nuevo logra estar en los dos lugares a la vez y por qué él viene con el pelo mojado y estando vestido con el pijama, como si saliera del baño justo ahora. Por lo visto, incluso ella no lo sabía, porque no estaba interesada en absoluto, qué mitos Albert inventa para su esposa legal y bajo qué pretexto abandona la casa, cuando la visita.
Cada uno vivía su propia vida y casi cada no notaba una unión de las nubes oscuras en el horizonte político. A diferencia del resto, Albert no reaccionaba por otra razón. Sabía la fuerza que poseía ahora. Aunque no era educado como un ninja, podía ser al contrario, e interesarse en el yoga él empezó ya estando adulto y maduro, pero con estas capacidades como si cayeran desde el cielo hacia él, ahora podría sobrepasar lo mismo Goemon que había sido un ninja famoso en Japon hace mucho tiempo. Lo que él ponía en el centro de sus objetivos, no era un logro deportivo. Sabía que al menos él podía hacer lo principal: proteger de las represalias de espira nueva del totalitarismo a los padres, a la esposa y Sveta, a Valya y Olesya, si esa tuviera lugar de nuevo. La última debe aparecer en medio año después de la muerte de viejo Paul, había tal acuerdo entre ellos.
Aquí por lo tanto, el tres de octubre, cuando el golpe segundo que estaba encabezado por Rutskoy, inflamado como un incendio, Albert observaba los eventos en la televisión. Cuando la pantalla se apagó, él se teletransportó al distrito Ostankino. Era difícil entender, quien le estaba disparando a quien. El intercambio caótico de disparos estaba ocurriendo, y la única acción beneficiosa sería para protegerse a sí mismo de una bala perdida. Sin saber ayudar, puede lastimar a propio lado. No podía penetrar dentro de la torre de telecomunicaciones por la razón simple: él era nunca allí y el interior no era conocido a él.
El día siguiente, Albert estando con el hacha en el seno y los cuchillos y gas pimienta en los bolsillos se teletransportó a Moscú. Lo que los comunistas sufran derrota, él aprendió desde por la televisión. La cosa única que logró hacer, penetrar al techo de una casa, luego teletransportarse dentro del mismo techo para no ser notado por el enemigo, acercarse al tirador que estaba listo para disparar a los transeúntes y aturdirlo en la nuca por el trasero de hacha. Después de eso, él intentó tomar consigo el rifle con mira óptica. No logró teletransportarse con el rifle y Albert lo echó desde el techo. Hacía todo esto con los guantes. Él arrepentía que ocupándose de los asuntos personales, no se preparó contra las acciones de enemigos que no era demasiado difícil de preverlas en este otoño. Ahora él tenía que regresar a la vida personal, porque aparentemente, la calma en el país se estableció relativamente por largo.
El texte original en ruso: https://www.proza.ru/2010/01/26/738
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