четверг, 31 января 2019 г.

Capítulo 9. Bautismo de fuego. La teleportación. Parte II.

          Ya hace tiempo Albert comprendía con quien trataba. Comprendía desde el momento, cuando la pistola que le fue regalada, ha desparado en primera vez. Estando en la flor de la vida, ciertamente él era capaz de reflexionar, al menos, no peor que Paul que a pesar de su edad podía calcular hábilmente la situación, pero pensaba largo, por lo tanto, no podía confiar a lo que él mismo ha decidido rápidamente. Albert entendió que Kashin ya está de camino con sus compañeros y después de calcular el tiempo, sabía el lugar, donde ellos están pasando en coche ahora. Ellos no tenían razón a tener aquí la escolta demasiado poderosa y él podría superarlos solo, despareciendo y apareciendo, desparando a matar y después desparecer de nuevo. Sin embargo, las acciones deben ser coordinadas para más eficacia. La última idea lo hizo teletransportarse en la región de Krasnoyarsk.
          Como de costumbre, Olesya salió para esquiar, esta vez con Nadezhda. El viejo iba a aparecer en la casa en cualquier instante. Aproximadamente en cinco minutos él apareció de hecho. Albert dijo la situación.
          -En este caso debemos actuar juntos. Yo sé cómo se llaman tus padres. Esta vez tengo que golpear a la puerta y preguntar, cómo están. Cuanto a ti, este carcelero ya te vio.
          -Sin embargo, ¿cómo llegarás allí?
          -¿Olvidaste cómo nos conocimos? ¿Cómo yo estaba llamando a ti? ¿Cómo espiaba todos los puntos de tu aparición probable?
          -Entonces, vamos a decidir cómo actuaremos.
          En diez minutos todo fue decidido y Albert estaba agregando los cartuchos faltados a la pistola. Pronto los ambos aparecieron cerca de la dacha. El viejo se fue a la puerta de madera y después de buscar en vano un timbre, golpeó suavemente. Albert estaba observando desde refugio lo que ocurría.
          -¿Qué quieres? ¿Recibir en la cabeza con la culata de arma?
          -Perdón. Llegué a la dacha recientemente y quiero ver los vecinos. Los conozco. Ellos viven aquí.
          La puerta abrió. El guardia levantó algún certificado justo a la nariz del viejo.
          -¿Por qué tengo que repetir a los todos? Temporalmente está prohibido entrar. ¿Lo no ves? ¡Servicio de Seguridad Federal! ¿Entendiste? ¡Seguridad! ¿O debo restregarte cómo a una gata que se cagó?
          -Por favor perdón, pero creo que deberías limpiarte el culo con este certificado falso.
          -¡Qué dijiste, canalla!
          Un tiro sonó entre los abetos y el grito indignado del guardia se convirtió en grito desgarrador. Albert ha sorprendido, cómo el viejo logró agarrar el rifle de asalto que él echó a Albert inmediatamente. Albert atrapó el rifle.
          -Échalo más cuidadamente. Un accidente es la última cosa que necesitamos... ¡Acuéstate!
          El viejo entendió el orden y cayó a la nieve como leña. Sienta muy incómodo debido al ruido del rifle de asalto. Unas balas silbaron cerca. La puerta del sótano se cerró tan rápidamente cómo se abrió.
          Albert con el rifle se teletransportó inmediatamente en el sótano, venció en la espalda con ráfaga corta a quien que acaba de disparar y a la vez dio la vuelta atrás. Los ojos no veían nada después de la luz del día, pero él reconoció la voz de Sveta.
          -¡Alik, sálvanos! ¡Cuidado!
          Él vio cómo dos mujeres colgaron en la mano de guardia con chillido, intentando quitar el rifle de asalto. El guardia las empujó brutalmente, ellas cayeron, pero el rifle cayó de las manos. Lena que acaba de acercar corriendo, intentó golpearlo en los huevos.  Parecía que el intento logró sólo a medias, pero el tiempo fue ganado. El guardia no podía alcanzar el rifle, porque Albert lo estaba apuntando con el rifle de asalto.
          -Si disparas, darás también a tus perras con el rebote. Muchas balas, muchas posibilidades, - el guardia pronunció con amenaza.
          Usando la confusión de Albert, de repente sacó  de pecho una granada y vociferó con la voz histérica:
          -¡Todos explotaremos! ¡Todos nos caeremos muertes! ¡Fuera o detonaré a todos y a mí mismo!
          No había ningún tiempo pensar y las ideas cambiaban una a otra como si independientemente. Albert sólo notó que el seguro puesto todavía no es sacado. Las ideas no pasaban con palabras, pero sonarían así si las interpretara:
          -Mi Señor, no me dejes errar, no me dejes fallar...
          A la vez Albert despareció y apareció detrás del enemigo inmediatamente disparó a la mano que estaba sosteniendo la granada. La mano se balanceó abajo como un péndulo. Rápidanente Albert agarró la granada desde la mano y puso el chorro de aerosol de pimiento a los ojos. A pesar de eso, el enemigo no agarró los ojos, sino el brazo herido. Todos que estaban dentro del sótano, empezaron a toser, las lágrimas aparecieron. Entre el ruido, no oyó nadie el tiro que sonó arriba.
          No obstante, Albert gritó: “¡Soportad! ¡No salgáis! ¡Es peligroso!” - siendo previsor, él se teletransportó más allá del patio, cerca de  la puerta, él vio a los padres que salieron al porche eran pálidos. El viejo Paul estaba de pie con la pistola en la mano cerca del guardia al cual él acaba de disparar y preguntaba:
          -¿Es exactamente que no quedó nadie en la casa? Ellos pueden matar a Alik, a vuestro hijo.
          -Exactamente que no. Él custodiaba a nosotros solo. Yo acaba de salir al porche y en este momento le disparaste desde el escondite, - el padre respondía.
          -Oh, !Señor, hasta dónde hemos llegado! - la madre lamentaba.
          -¡Paul, es yo soy! - Albert gritó. He neutralizado a dos en el sótano. Nuestras mujeres están allí. ¿Hay alguien más?
          -No. ¿De verdad te hiciste un asesino? - la madre preguntó con horror.
          -¿Sería mejor si ellos mataran a todos nosotros? ¡Son criminales! Después… ¡Todos a la casa! ¡Más rápido! ¡Estar aquí es peligroso!
          Después de estar seguro que los todos obedecieron a él, incluso el viejo, Albert se lanzó para abrir el sótano del exterior. Él movió un cerrojo nuevo, no era conocido a él, pero no logró abrir el sótano. Tuvo que teletransportarse adentro.
          -Abrí la puerta afuera, pero no puedo abrir la cerradura.
          -Toma las llaves, las saqué del bolsillo de él - respondió una voz de mujer, tosiendo. El gas que fue expulsado del gas-pimienta, hacía toser, ardía los ojos. Finalmente, la puerta estaba abierta.
          -Salid todas una por una. Dejad el rifle y no lo toquéis, ello puede funcionar e inmediatamente a la casa... a la casa. No estéis de pie aquí.
          En unos minutos se hizo claro definitivamente que no hay más enemigos capaces de combate en la casa. Parecía que todos ellos estaban vivos, pero con heridas graves. Los padres narraban, distrayéndose para emociones y exclamaciones, de lo que los tres jefes se fueron en el coche "Volga" negro. Cuando ellos empezaron a describir a estos jefes, todas las dudas desparecieron. Eran Kashin, Skolopendrin y Batogov. Los padres recordaron incluso el número del coche que ya les ha aburrido.
          -¡Oh, voy a orinarme encima! - Lena exclamó fuera de lugar. - ¡Oh me orinaré! - y ella bruscamente se sentó en el sofá, riendo a carcajadas e histéricamente. Las lágrimas rodaban de los ojos, pero ella se estaba girando en el sofá, todavía continuando reír a carcajadas. Valya acercó hacia ella y golpeó con toda la energía dos veces mejillas, una y otra.
          -Lena, ¡date cuenta!
          Ella cesó de reír y estaba mirando a la amiga que la golpeó, con los ojos bien abiertos, como si estuviera sorprendida.
          -¡Estamos salvadas! Ya sea Albert o Renald con su amigo, nos ha salvado.
          -¡Valya! ¡No hay ningún Renald! Está solo. ¡No hay ningún hermano gemelo! Sólo un Albert existe. ¡El único! - y de repente el segundo ataque de risa la abrazó y ello era más histérico que el anterior.
          -¡Hey, muchachas! - Albert exclamó. - Hay pedazos de alambres allá en la casa. Vamos cada de nosotros a tomar uno. La acostaremos y azotaremos a ella hasta la sangre, para que no pudiera sentarse! - diciéndolo, él guiñaba con el ojo derecho.
          -¡Verdad! - ambas amigas confirmaron.
          -¿La ataremos hacia la mesa o hay una banca? - Valya preguntó.
          -De hecho, deberíamos azotarla. ¡Vamos a hacerlo! - Sveta adoptó con alegría. Albert vio claramente cómo los ojos de ella se iluminaron. Él sonrió, recordando que pronto va a reunirla con Olesya que es abrazada por la misma pasión.
          -Muchachas. No lo hagáis. Yo ya estoy calmando.
          -¿Sabéis lo que estas canallas prometieron a nosotros? Que hoy, cuando ellos regresarán, ellos iban a torturarla hasta la muerte durante unas horas. Después de eso, la misma cosa ocurrirá a nosotros si no narramos, donde está nuestra amiga Nadia con Albert. Ahora naturalmente, está histérica - Valya explicó con la voz ansiosa.
          -Sin embargo, ¿si ellos son criminales o agentes FSB? - el padre de Albert preguntó.
          -Jurídicamente, ellos son empleados de FSB que infringieron la ley y crearon el departamento ilegal sin informar a sus superiores, - Albert explicó. - Pero, gracias a unos datos valiosos que ellos han obtenido, sería naturalmente esperar que los jefes intentarán cerrar los ojos a estos delitos. Incluso si no fuera posible sin encarcelarlos, los jefes usarán la información y lavarán las manos, como si el Servicio es desvinculado de estos delitos.
          -¿Qué delitos cometieron ellos?
          -Echad un vistazo a estas amigas de Nadia. Ellas son pálidas, alteraciones nerviosas. Ellos detenían a ellas ilegalmente en el sótano sin calefacción y las mujeres tenían que dormir sobre el piso de tierra. Y no es conocido, si tuvieran efectos adversos en la salud. Ellos no habían ningún derecho manteneros en arresto domiciliario a ti y madre y cambiar la valla alrededor de la casa. Sin embargo, si todo esto es basura de tu punto, entonces en cuanto a ella, ellos la iban a torturar y matar delante del resto de ellas y sólo Dios sabe, cómo eso podía terminar si no interviniéramos.
          -No obstante, no podéis con vuestras propias fuerzas luchar contra la organización estatal, - la madre replicó. - Debíais quejaros a los superiores.
          -Ellos se fueron, porque un gran jefe, mayor-general radió a ellos. Tengo la información exacta que él sabe de las mujeres que fueron capturadas ilegalmente y estaban en el peligro mortal. Y él no tenía ningún deseo hacer algo para liberarlas. Su lisonjeador le preguntó: ¿"Lavamos las manos en cuyo caso"? Y él respondió: "Eres astuto".
          -¿De dónde recibiste todos esos datos?
          -Del camello, - Albert respondió, usando un calambur ruso. - No os preocupasteis por mí. En cualquier caso saldré de la situación. Pensad de sí mismos. Ahora voy a llevar un coche aquí y pagaré el camino. Urgentemente id a Moscú. Aquí hay unos números de teléfono. Necesitáis concitar el apoyo de las organizaciones de derechos humanos. - Albert sacó un cuaderno, arrancó unas páginas y escribió rápidamente algo. - Aquí las direcciones están, donde debéis narrar todo que ocurría y sería mejor visitar los todas. Así estaría más seguramente. Eso os salvará. Sin embargo, ellos no necesitan mucho a vosotros. Ellos necesitan a mí. Ahora está bien, pero en la época soviética ellos os acusarían por complicidad en el bandolerismo, es decir, por la agresión armada contra los empleados de KGB. Ahora ellos no lo necesitan. De todos modos no querrían publicidad, por lo tanto, no complicaran la situación.
          -Oh Señor. ¡Qué vida es ahora! - la madre no podía calmarse.
          -Aquí has recordado al Señor a tiempo. Arrepiéntete y cree en Evangelio.
          Desafortunadamente, las ultimas palabras no consolaron a la madre en absoluto.
          -Ahora, traeré un coche pronto, esperad.
          Albert notó que el viejo está de pie dando la espalda.
          -Vamos, Paul. Tenemos que actuar juntos.
          Cuando acaban de entrar en el bosque, Albert explicó:
          -Traeré el primer coche para los padres. Tú contratarás el segundo, para muchachas. Subimos a la intersección.
          Los ambos desparecieron y aparecieron en siete kilómetros de aquí, en la carretera general de Uglich.
          -¿Tú lo sabes? Tus padres tendrán que ayudar a la investigación, hacer mi retrato robot. Es la razón de la cual yo di la espalda. Para que yo no fuera recordado por ellos demasiado exactamente. Les comprendo a ellos. Ellos tienen razón de su nivel del desarrollo y nada no es posible hacer contra eso.
          -Lo sé. Y ellos no irían al América ni por todo el dinero del mundo. Pero yo lograré mandarlos a las direcciones que di. No hacer nada sería peligroso para ellos mismos. Y yo haré estallar a estos tres. Esta granada me es muy útil. La quité del enemigo en el sótano.
          -Hicimos algo incorrectamente, - el viejo respondió. - Arriesgábamos cómo en la guerra, aunque podíamos actuar sin eso. Todo está bien que termina bien y un ganador está en lo cierto, sin embargo, ello no significa que  tendremos suerte de tal manera siempre. Recuerda la segunda tentación de Cristo: para echarse abajo desde el almenaje del templo. Podemos considerar que lo hemos hecho. Combatíamos, recibíamos el bautismo de fuego.
          -Haré estallar a ellos sin algún peligro para sí mismo. Tengo que hacerse un asesino.
          -Dios es tu juez, pero no des ninguna oportunidad a ellos. Ese diablo casi mató a nosotros del rifle de asalto cerca de la puerta. ¡Gracias a Dios! ¡Nos ha salvado! No dije en la presencia de padres. Él está muerto. Tenemos que evacuar a todas nuestras amigas fuera del país.
          -Haremos.
          Pronto Albert encontró un coche. El chofer, después de recibir cien dólares como avance, se precipitó al pueblo de vacaciones con gusto. Los padres estaban yéndose, siendo contrariados no sólo debido a lo que pasaba, pero también que Albert no quería irse juntos con ellos. Cuando ellos acaban de apartarse del pueblo, un coche estaba conduciendo a la dirección contraria. Parecía a ellos que el mismo viejo está sentado cerca de chofer que ayudaba a su hijo luchar contra los empleados del estado. También podía ser que eso era otra persona. Ellos dudaban. Ellos no sospechaban que las mujeres liberadas están siguiendo atrás en la carretera de Uglich.
          De acuerdo con los cálculos de Albert, los tres enemigos principales estaban acercándose hacia la aldea Verígino. Él no se equivocó, eligiendo un lugar unos kilómetros más cercano de Verígino hacia Moscú, donde la carretera serpenteaba mucho a través del bosque. Él logró "subir" a tiempo a su apartamento con cristales rotos en Perlovka para tomar los binoculares. Vio a ellos y no había ninguna duda. Corrió al bosque y se teletransportó quinientos metros más aún al sur. La tensión nerviosa estaba aumentando. Sólo ahora Albert sintió el poder de teleportación que estaba asustando. Esos que eran antes cazadores de él, ahora se convirtieron en víctimas indefensas de la caza. Justo el coche acaba de aparecer de la curva, la granada ha volado a ello ya sin seguro puesto. Ellos no lograron hacer nada. Albert, sin considerar necesario para acostarse en tierra, se teletransportó atrás quinientos metros hacia el norte y de donde empezó a acercarse a pie. La curva estaba acercándose despiadamente, más allá del cual, la escena terrible del coche que estaba quemando se abría. Con algunas dificultades, Albert hizo a sí mismo acercarse más aún. Las siluetas negras de aquellas que eran los pasajeros, hace unos minutos, claramente no exhibían signos de la vida. No había ninguna duda, si algunas documentas fueran, todo será quemado completamente. Se hizo terrible, pero había un pretexto para distraerse.
          En Moscú, San Petersburgo y Kiev, Albert visitó las tiendas de deportes que él conocía. Finalmente, en Kiev encontró la más apropiada carpa para cuatro personas. En el momento calculado, ocupó un lugar para observar. Pronto pasó el coche conocido a él. A través de binoculares logró ver el número. Este coche con los padres. Ellos continuaban su camino a Moscú.
          Pronto el coche apareció con las amigas, frenó. Las mujeres salieron después de pagar. El chofer hizo la curva y empezó a regresar. Las amigas empezaron a mirar todos los lados con desconcierto y de repente vieron a Albert con una gran mochila. Él estaba sosteniendo en las manos más aún tres pequeñas mochilas. Dio las últimas a las tres amigas.
          Ahora ellos empezaron a buscar los coches que iban a la dirección oeste. En media hora lo encontraron. Cuando alcanzaron el lugar y estaban montando la carpa, ya empezaba a oscurecer. Ahora tenía que "volar" para los sacos de dormir. Albert después de visitar una tienda en San Petersburgo, alcanzó la mas cercana entrada e intento moverse de allí al bosque con el saco de dormir, pero no logró. Entonces él tenía que entrar en cada saco justo con zapatos y en este caso podía teletransportarse con el saco de dormir. Cuando Albert entro en el cuarta saco, por casualidad un hombre entró en entrada que iba al hogar a sí mismo. Viendo un hombre que a plena luz del día se metió en el saco de dormir justo con la ropa y zapatos, estando de pie en escalera como un siempretieso, después de pasarlo, el transeúnte miraba hacia atrás largo y en sorpresa, apresurándose al apartamento para compartir la noticia. Pero Albert no honraba nadie con tal espectáculo y se teletransportó inmediatamente después de cerrar la puerta detrás del transeúnte.
          -¿Aguantaremos hasta mañana? - Valya preguntó. - Oía la radio de nuestros carceleros, el pronóstico del tiempo prometía veinte grados C bajo cero.
          -Hará un poco frío, pero mejor que en el sótano. Nuestro equipo, específicamente los sacos de dormir de plumas son diseñados para heladas.
          Valya ya estaba informada que Albert es el único y no existe ningún doble Renald. El remordimiento de nuevo le preocupaba a ella. Lena también estaba preocupada, debido a pensamientos sobre la traición pasada de la cual ella quería arrepentirse. Ella quería pedir disculpas, pero no sabía, cómo comenzar. Los todos se comportaban de tal manera, como si no ocurrió nada. En la mayoría grado, las tres mujeres fueron asombradas, debido a los trucos de Albert de aparecer y desparecer que hoy él tenía que mostrar unas veces a todos.
          -¿Cómo lo haces? - Sveta era la primera que preguntó.
          -Si lo sabes, catástrofe mundial se acercará. ¿Es que sentís una falta de aventuras? El objetivo principal de nuestros enemigos era para aprender, de cual modo lo hago.
          -Todavía querían saber con quién estás conectado y si lograran encontrar laboratorios secretos, siguiéndote. Un policía reclutado estaba narrando en un apartamento secreto que algún viejo, siendo detenido en las otras ciudades, frecuentemente desparecía de las cámaras, pero los ventanos y puertas dejaban sin daños. En el lugar de su servicio, en la estación de metro Komsomolskaya, algunos transeúntes aseguraban que vieron a un viejo casi invisible, semejante a este y algunas cosas extrañas ocurrían alrededor de él.
          -¡Te felicito, chica valiente, traviesa y fácil! Ahora eres nuestro agente y no tienes razón cruzar atrás al enemigo.
          Las otras dos amigas estaban sorprendidas, escuchando la apelación tal extraña.
          -Perdóname por todo, - finalmente Lena pudo pronunciar.
          -Castigaremos, entonces perdonaremos, - Paul dijo sonriendo y bromando, estaba acercándose. - Atención muchachas. Durante unos días tenéis que vivir en el bosque. Cuando todo se calmará un poco, yo tan os maquillaré de tal modo que madre no podría reconoceros. Soy un ex actor y sé hacerlo. E iréis en tren, en el mismo compartimiento, a un lugar seguro. Ya yo encontré el apartamento.
          -¿Ahora durante toda la vida tenemos que escondernos? - Valya preguntó.
          -¿Queréis todos vosotros para que os encarcelen? Ellos pueden sin encarcelaros, haceros trabajar para ellos y cuando ellos cesarán necesitaros, ellos no os matarán, cómo Kashin quería, sino se manipularán un accidente de una manera tranquila y ordenada. También pueden inventar algún caso criminal. ¿Es lo mejor de vuestro punto? No entristezcáis, mis bellezas. Intentaré para que no os hicierais refugiadas eternas. También tengo su Nadia, - él dijo, apuntando a Albert, - y hay una amiga más. Es exactamente que convendrás con ella, - el viejo dijo sonriendo y volviéndose a Sveta. - Alik, déjalo ser una sorpresa para ella.
          -Comprendí, - Albert respondió, sonriendo.
          Los todos empezaron a llevar leña y bastante pronto han encendido el fuego de campo.
          -Bueno, ahora se hará más animadamente, - Valya dijo y justo iba a proponer para cantar, pero de repente la voz de Sveta interrumpió a todos:
                    Veo una estrella en el cielo
                    Somos de la casa separados
Y justo ahora los todos juntaron:
                    Para alcanzar de nuevo a ti
                    Tengo que atravesar ciudades.
          Hacia el fin de canción, el sentimiento agradable abrazó a los todos sin excepción. Albert llamó al viejo al lado y compartió el pensamiento:
          -Hoy he matado a cuatro hombres. Disparé en la espalda a uno de ellos con el rifle de asalto e hice estallar a tres en el coche. Después de eso, sorprendo a mí mismo: canto las canciones con las chicas, como si no ocurriera nada.
          -Porque no eres un criminal, pero un luchador y hoy hemos ganado. Tú has recibido tu primer bautismo de fuego, así todo es natural.
          En este momento en Moscú, Paukov ya estuvo informado sobre la muerte de Kashin y dos cómplices de la aventura. En esta oficina, Kovalev estaba sentado, temblando como una hoja de álamo y el General caminaba aquí y allá, exclamando:
          -¡Idiotas! ¡Están estallados cómo a engañados y todos los datos están destruidos juntos con ellos! ¿Qué carajo necesitaban irritar al tipo que tiene una fuerza enorme? ¿No podían acercarse sigilosamente? ¡Él podía hacer estallar la mitad de Moscú, debido a sus putas! ¡Y tú, tonto, lo quieres, porque proponías para colgar retratos de ellas, cómo de los delincuentes peligrosos!
          -Yo soy culpable, tío Kesha.
          -¡No soy ningún tío, sino el camarada mayor-general!
          -Oh... ¿Quién está debajo de la mesa?
          -¡VERGA DE PERRO!
          El viejo Paul, después de aparecer "desde nada" en la taiga, estaba acercándose hacia su casa siberiana, balanceándose de risa.

El texto original en ruso: https://www.proza.ru/2010/02/19/1258

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