пятница, 17 мая 2013 г.

El secuestrador enigmático. (Capítulo 2)

      -¡Qué ya guapa eres! Pero dejar tuya espalda descansa, aquí esta pieza traviesa, por lo visto, se ha aburrido, y debo jugar con ella, - dijo él, pellizcando Inga al centro mismo de la nalga derecha. - Ahora ve en el rollo.
       Inga obedeció, llegó hasta el rollo, subió a él y se puso en cuclillas. Aquí era su aseo. Ya el secuestrador ha preparado el papel. Hacerlo, ella debía delante de él y al mismo tiempo mirarlo en cara, sin echar un vistazo a un lado. Así él inculcaba a ella la sinceridad que sobrepasaba todos los límites. Ella debía desnudar delante de él todas las partes de su cuerpo, todos los escondrijos de su alma, descubrir delante de él todo que es posible.
       Sintiendo una caza fácil, los mosquitos llegaban juntos gradualmente. Ya dos de ellos picaban con su espiritrompa en la cadera, varios de ellos picaban en la espalda, un en la nalga blanda, y uno más picaba en el más vulnerable lugar, provocando un picazón insoportable. Inga ha sacado fuerzas de flaqueza y se ha vaciado definitivamente.
      -He acabado lo.
       Como de costumbre, sin alguna aprensión, su carcelero con el papel higiénico llegó a ella y secó la esmeradamente. De alguna manera Inga no quería acostumbrarse a eso y enrojecerá de la vergüenza. Él echó el papel a la quemadura y le prendió fuego. Obedeciendo a la costumbre loca, Inga iba al río por la vereda holladera, donde nadie iba, excepto ellos dos. El malvado seguía detrás ella.
      El río corría paralelamente a un arroyo qué se desembocaba en él, y esto arroyo contenía el agua glacial del manantial. El arroyo corría por el fondo del barranco profundo, y la tienda de campaña estaba montada allá arriba. Sin embargo, incluso en el río, el agua estaba más fría que en otros ríos cercanos, porque tales arroyos fríos estaban en abundancia aquí y todos ellos desembocaban en el mismo río.
       Bajando de la orilla abrupta y alta, cubierto por el bosque, Inga entró en el agua por encima de las rodillas. El secuestrador, siempre estando vestido de taparrabos en tales casos, entró a la huella, llevando consigo el jabón, dejando la jabonera en la orilla. Lavando a ella el resto de lo que él ha fallado secar con el papel, él jabonó su mano de nuevo e hincó a ella en el agujero estrecho su dedo del corazón jabonado. Inga se ha estremecido involuntariamente. Si un pensamiento acerca de otros no soflamaba a ella en los colores de la vergüenza, es posible, eso habría estado muy agradablemente. Más de diez días esto no llegaba hasta ella que tal acción es capaz de inflamar mucha de la pasión. Sólo ella ha comenzado a notar que su atormentador estaba suscitado en tales momentos, pero eso podía estar explicado porque pronto la azotaina se acercaba, e Inga ha notado desde el primer día, con qué alegría él azota a ella. Tenía curiosidad: ¿Si éste es el mismo sadismo, acerca de qué ella había oído en alguna parte? ¿O es el sadismo alguna otra cosa? Ella se consideraba como una chica competente de la familia honesta. Es cautelosa, no permitiría una deshonora, no haría las tonterías. Por supuesto, ya ella no era una virgen, pero había suficiente de la astucia y de la mente no admitir para que después "eso" alguien burlesco señalaría a ella con el dedo, contando a los amigos borrachos, como él había estado juntas con ella, qué había hecho con ella y etcétera. Como todos alrededor ella estaba formada sin Dios. Ella tenía la opinión pública en lugar del Dios, y ella habría podido sacrificar lo que quieras por la opinión pública. Y si existía un culto del servicio a la opinión pública, (Dios, perdone al autor), nosotros habríamos "la Santa Inga" entre los otros santos.
       Pero aquí en el bosque, con esta bestia, su opinión acerca de ella misma estaba reducido a la nada y un modelo necesario, es decir, qué ella debe ser, él no estaba aún determinado. El temor por su vida y el miedo del dolor iban y se trocaban en el sentimiento de la nulidad propia y de la vergüenza, el mismo sentimiento qué se ocurría por aquellos detenidos habitualmente qué estaban violados recientemente en la prisión. Sin embargo, a diferencia de los últimos, ella había posibilidad de disimular y embellecer muchas cosas, en este caso la opinión pública acerca de ella, corrompido un poco después de su desaparición extraña, estaría restablecido de nuevo. Esto consolaba a ella parcialmente. Parcialmente, porque ahora ella debía hacer doble juego. Esto era de un modo desagradable porque desacostumbradamente y también con reprensión.
      -¿Es que olvidas? ¡Sumergirte siete veces! Gracias a número siete, los muros se habían derrumbado en Jericó, - él repitió su frase habitual.
       Obedientemente Inga se ha sumergido siete veces en agua fría hasta el cuello. Estos siete "golpes" del frío exasperaban hasta el mismo punto como los siete látigos, sin embargo, de otra manera completamente. Lo único que ella había oído acerca del Jericó, eso que la trompeta de Jericó estaba allí. Todos los otros eventos no eran conocidos a ella. Ella se consideraba como una chica desarrollada. Además, habitaba Moscú, casi en el centro. Pero esta bestia forestal regalaba a ella las sorpresas de su erudición cada día, la erudición en comparación con qué ella se sentía como un salvaje analfabeto, y el único consuelo eran un hecho que ella no es peor que los otros.
       Después de bañarse ella fue arriba, el secuestrador siguió. Yendo hasta un lugar convencional, ella se paró, se volvió hacia él, bajando los ojos, y habló a voz vibrada:
      -Señor maestro, debes me azotar más frecuentemente y más dolorosamente que yo seré más obediente. Por favor, azota-me, - pronunció las últimas palabras casi en vos muy baja y temió que él añadiría a ella del castigo por eso.
      -Satisfaré tuya petición, moza forestal. Recibiréis quince látigos como siempre.
      -¿Qué posición debo tomar?
      -¡De rodillas, el culo arriba, la cabeza en suelo, las manos detrás, tener ellas juntas y sin desconectar! No caer al lado. Si de otra manera, yo recomenzaré el cálculo. El malvado saqué las varas que se remojaban en el charco forestal y silbé con ellas. (Los miércoles y viernes el cable funcionaba en vez de las varas). Ya Inga estaba preparada hace mucho y pensaba interiormente:
      "Si pone-me, sería mejor. ¡Es un loco maldito!"
       Por la punta de la vara, con precaución él acarició su entrepierna, trazó a lo largo de la hendidura, hasta la espalda, pero no demoró más. La vara ha silbado en el aire y a la vez una manotada... el silencio... la segunda... la tercera...
      -Ay! - gaño Inga después de la cuarta. Estos "Ay!" alternaban ahora con los zollipos reservados y se convertían hasta el final en más largos gritos. En el final del rapapolvo ella se ha erguido, continuando a estar pie de rodillas y a través de las lágrimas agradeció la utilidad dada a ella. Después de eso se levantó y respiró con alivio: ha dejado de sufrir.
       Fueron a la tienda de campaña los dos. Ella ayudaba a encender una hoguera y preparar la comida y el té a su amo. El rito diario de mañana estaba terminado. Ahora pudo se ungir por el remedio contra los mosquitos y sentir libre. Aunque él podía de nuevo azotar a ella por una falta, no importa cual casual, estos castigos cortos, aunque ella no podía soportar incluso ellos sin gritos y lágrimas, sin embargo, ellos no provocaban tal miedo pánico.
       Sólo ahora ella prestó atención a la belleza severa y sombría del bosque con los abedul y abetos, al lugar escabroso por los barrancos, por las cuestas abajo y arriba, el lugar era alguno extraordinario en la provincia moscovita. Y el cielo, la mayor parte cuyo estaba cubierta de las copas de los árboles, él era pintado por el azul vivo, como estando lavado, a distinción del cielo blanquecino y sucio, qué está cerca de una gran ciudad. Eso era de lo cual el alma podía alegrarse, pero Inga no podía tomar el arbitrio de ésta.
       Ella estaba enseñada a no es nada además de observar la gente y ser la misma, como todos los otros, intentar no diferir de ninguna manera. Las librerías estaban colmadas por la cháchara comunista y por los ditirambos a la "patria", al partido y a Lenin. Era imposible comprar algunas bellas letras en el ambiente normal, comprar la literatura que habría estado libre de propaganda y siquiera apenas sensatas, incluso si esta literatura estuviera la más inocente a la luz de política. Esta era una escasez que costaba diez veces más caro bajo el mostrador que la costaba de hecho. Y de donde esta chica pobre podía informarse un consejo valioso de Carnegie: "Si la vida ha preparado un limón para ti, hacer limonada". Carnegie y los otros no habían ni rastro. Nadie oía acerca de él. El secuestrador enigmático, fingiendo que se pusiera a su trabajar, observaba la chica.
      -¡Memoriza! - su voz ha resonado. Inga levantó los ojos. - Memoriza, no hay ningún criterio objetivo de la actitud correcta a la vida. Aquella actitud de lo cual el mismo humano se siente feliz - ella es una actitud correcta. Aquella actitud a la vida de lo cual un humano se siente infeliz - ella es incorrecta. Memorizalo, yo preguntaré. Tú puedes no estar conforme con eso, pero memoriza: TÚ PUEDES ESTAR HECHA FELIZ UNICAMENTE USANDO LA ACTITUD CORRECTA A LA VIDA.
      -¿Es que consideras que puedo ser feliz aquí?
      -En realidad, tú puedes ser feliz en ningún lugar, salvo aquí. ¿Recuerdas tú, yo te he dicho que habías muerto hace tiempo? En aquella vida que vivías, la felicidad no puede existir. Tal vida no es mejor que la muerte. Mira a las mujeres que tienen cuarenta años. Muchas de ellas no saben hasta ahora lo que es un orgasmo. Si tú irás en el mismo camino, entonces llegara en el mismo lugar, a donde ellas han llegado. Porque en cuarenta años un humano puede amar y ser amado también que en veinte. Pero ellas ya han sepultado ellas mismas, ellas han manoteado en todo, se han negado de todo, usando esta frase banal: "no necesitamos nada", incluso intentan de bravear con eso.
      -Todo el mundo vive así.
      -Ellos no viven, sino beben del beque. Mejor no discutir. Mejor a probar uno, a probar otro, entonces tarde o temprano la verdad se descubrirá ella misma.
       Su carcelero se hacía creciente más locuaz. En esta vez él se ha exaltado hasta tal grado, si alguno aparece, él pensaría que turistas con el magnetófono escuchan de Vysotsky.
      -Pues bien, mi ninfa, vamos a ponernos a trabajar. Quítate el bañador y siéntate en los talones. Está así durante diez minutos y después de eso las asanas para estirar los músculos.
       Inga ha cumplido todos los ejercicios perfectamente, incluso del punto de vista del maestro. Al fin de ellos, se tumbó en espalda, se relajó y se durmió durante dos minutos.
       Dentro de media hora él ha llamado a ella.
      -Aquí, niña, un problema. Toma el bolígrafo, pero al principio escribe-lo que está necesitado.
       Y debería escribir siete veces: "Está estudiosa, oh chica, para que tú no estuvieres azotada". Desde luego, no siempre Inga lograba ser estudiosa suficiente. Los castigos pequeños que seguían ordinariamente después de su faltas, ahora no provocaban el miedo, pero la misma sensación negativa, como los tratamientos desagradables, como una inyección dolorosa o un lavado de la herida y algo así.
       Cuando la frase ritual estaba escrito, inmediatamente el secuestrador volvió a hablar:
      -¡Toda la atención deja aquí! Nosotros hemos un segmento con un punto en medio. Nombremos este punto, un centro. Nombremos este segmento, una bola unidimencional.
       Inga ha alzado los ojos a él.
      -¿Quieres convencerte, es que me he guillado? Al principio, escucha hasta el final, entonces resuelve si no quieres estar azotada de nuevo, apenas después de eso sacará conclusiones. Si soy un loco, entonces la solución no existe, sin embargo ella está escrito en mi bolsillo, preparada y tienes que hacer un descubrimiento pequeño que está descubierto ya hace mucho. Así, el volumen de la bola unidimensional es igual 2R. Tomemos una bola bidimensional, éste es un círculo. Él volumen-2 de la bola bidimensional es igual... - él miró interrogativo a Inga...
      -Pi - R - al cuadrado, el volumen-2, ésta es el área del círculo, - Inga respondió gustosamente, incorporándose en el juego y alegrándose de su propia comprensibilidad. Él quiso responder con ironía: "Y eres aguda, moza", pero se dio cuenta oportunamente que esté mejor no aguar su interés surgido a la matemáticas.
      -¡Justo! Y el volumen - 3, es decir, el volumen de la bola ordinaria es igual 4/3, pi, R al cubo. Así, moza: en matemática, uno puede trabajar no sólo en las tres dimensiones, pero en cuatro, en cinco y en más dimensiones hasta la infinitud. Éste está en el mundo físico no sabemos las dimensiones más de tres, podemos trazar sólo las tres direcciones perpendicular recíproco. Pero en matemática podemos verificar todos los cálculos de los objetos multidimensiónal. Todo concuerda, quiere decir que la teoría trabaja. Así: deduce la fórmula del volumen-4 de la bola a cuatro dimensiones. Doy te media hora por eso.
       Inga se inclinó sobre el cuaderno, sacó de él la hoja del borrador, volvió la página que no mirar estas palabras "...que tú no estuvieres azotada", y es posible ocurrirá así. Ella se fue con la cabeza en el trabajo. Durante media hora, inquietando-se como en un examen, ella buscaba alguna ley entre las tres formulas, pero no pudo encontrarlo a pesar de todo. Notó que este hombre extraño, estando de pie detrás de ella, mira en el borrador, donde el desarrollo de sus pensamientos está expresado en el proceso de buscar febril. Inga se volvió. Su torturador, estando pie, tenía en la mano una hoja pequeña del papel en qué estaba escrito por letra gruesa y bella: V=1/2 pi al cuadrado, R en el cuarto grado.
      -¿De lo cual enseñaban a vosotros en la Universidad? Y has terminado un curso anual, habéis estado en percha hasta las ecuaciones diferenciales que se complican gradualmente hasta el final, pero aquí una integración simple tiene lugar, no es difícil. Mira aquí: la longitud del segmento es la suma integral de los puntos; el área de un círculo es la suma integral de todas las cuerdas paralelas, incluso el diámetro; el volumen de la bola es la suma integral de todos los círculos que son formados debido a la intersección la bola por planos paralelos, incluso el gran círculo, y finalmente, mi niña, el volumen-4 de la bola a cuatro dimensiones es la suma integral de las bolas. Siguiente, los cálculos simples van. Ahora sabes que hacer, pero yo apuntaré a pesar de todo.
       Él tomó de Inga el cuaderno, el bolígrafo, hizo las cálculos necesarias que han conducido al resultado ya dado.
      -Lo que dirás?
      -Me debe azotar, - y añadió en voz muy baja, - como es debido.
      -Satisfaré tuya petición, moza forestal.
      -¿Cuál pose debo tomar?
      -Quítate el bañador, estarás pie derecha, teniendo las manos detrás la cabeza. No debes acuclillarte ni desunir las manos. Puedes gritar y saltar. No debes inclinarte demasiado. Lleva las varas. Azotaré en las caderas, por delante, diez veces.
       Inga se ha desnudado de nuevo. Quería llorar del despecho. No acaba de sentir el miedo. En lugar de éste, allí era un sentido de una persona que se había quedado frío.

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